Bien hecho, David

En el funeral de David Schumm, elogiamos el optimismo, la perseverancia y la fe de un hombre que había padecido una grave parálisis cerebral. Durante sus 74 años de vida, las simples actividades cotidianas le habían requerido un gran esfuerzo. A pesar de todo, seguía sonriendo y ayudando a otros, y dedicó más de 23.000 horas como voluntario en un…

El plano general


Durante la cobertura televisiva de la asunción del primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, la cámara mostró una vista panorámica de una multitud de casi dos millones de personas reunidas para presenciar el histórico evento. Un periodista señaló: «La estrella de este espectáculo es el plano general». Ninguna otra cosa podía registrar a la multitud que se extendía desde el Monumento a Lincoln hasta el Capitolio.


Meditar

Durante los años en que Oswald Chambers enseñó en la Escuela de Capacitación Bíblica en Londres (1911-15), solía sorprender a sus alumnos con cosas que decía en sus exposiciones. Una joven explicó que como los debates se reservaban para la posterior comida juntos, solían bombardearlo con preguntas y objeciones. Ella recuerda que Oswald decía a menudo con una sonrisa: «Déjalo así por ahora. Después se te aclarará». Él los alentaba a meditar en los temas y dejar que Dios les revelara la verdad.

Elegir el camino

Tengo una hermosa foto de un joven montado en un caballo en las montañas de Colorado, mientras considera qué camino tomar. Me recuerda el poema de Robert Frost, The Road Not Taken [El camino no tomado], donde reflexiona sobre dos caminos que se abren delante de él. Ambos son igualmente atractivos, pero como duda de que regrese a ese lugar, debe escoger uno. Frost escribió: «Dos caminos divergían en un bosque; y yo… yo tomé el menos transitado; eso marcó toda la diferencia».

Conoce mi nombre

Cuando fui a visitar el Monumento Nacional 11 de Septiembre, en la ciudad de Nueva York, fotografié de inmediato uno de los estanques reflectantes. Alrededor de estos dos estanques, los nombres de casi 3.000 personas que murieron en el ataque al World Trade Center están grabados en placas de bronce. Tiempo después, mientras miraba con más detalle la foto, mis ojos se detuvieron en la mano de una mujer apoyada sobre un nombre. Muchos van a ese lugar para tocar un nombre y recordar a alguien a quien amaban.

Amor sin límites

Un sabio amigo me aconsejó que evitara las palabras «tú siempre» o «tú nunca» al argumentar sobre algo; en especial, con mi familia. ¡Qué fácil es criticar a quienes nos rodean y sentir rechazo hacia los que amamos! Pero, cuando se trata del amor constante de Dios por todos nosotros, este jamás cambia.

Vidas que testifican

Mientras me hospedaba en un hotel, noté una tarjeta sobre el escritorio de mi cuarto, que decía: Bienvenido Nuestra oración es que tenga una estadía reposada y un viaje fructífero.

Dar gracias

Durante años, disfruté de los escritos del autor británico G. K. Chesterton. Su humor y perspectiva me hacían reír y luego pausar para una consideración más seria. Por ejemplo, escribió: «Tal vez, des gracias antes de comer. Eso está bien. Pero yo doy gracias antes de la obra y la ópera, antes del concierto y la pantomima; doy gracias antes de abrir un libro y de dibujar, pintar, nadar, practicar esgrima y boxeo, caminar, jugar y bailar; y doy gracias antes de meter la pluma en la tinta».

Una oración de perdón

En 1960, Ruby Bridges, de seis años de edad, fue la primera niña afroamericana que ingresó en una escuela primaria pública de alumnos blancos en el sur de Estados Unidos. Todos los días, durante meses, la policía federal la escoltó entre una multitud de padres enojados que la insultaban y amenazaban. Una vez adentro, ya segura, se sentaba sola en un aula con Barbara Henry, la única maestra dispuesta a enseñarle.

La tierra que está lejos

Amy Carmichael es conocida por su labor de rescatar niñas huérfanas en la India. En medio de su tarea agotadora, atravesaba lo que llamaba «momentos de visión». En su libro Gold by Moonlight [Oro a la luz de la luna], escribió: «En medio de un día atiborrado, casi podemos ver “la tierra que está lejos”; y quedamos quietos, absortos en el camino».